viernes, 1 de febrero de 2013

LA IMPORTANCIA EMOCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO ENTERICO


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  SISTEMA NERVIOSO ENTÉRICO
Se trata de una fracción del sistema nervioso central que está diseminada por todo el tejido de revestimiento epitelial de todo el tracto digestivo, desde el esófago, pasando por el estomago continuándose por todo el recorrido del intestino delgado y finalizando en el intestino grueso.
Su función en principio, es modular los movimientos peristálticos, la segregación de bilis así como las enzimas pancreáticas y gástricas. Este sistema nervioso está configurado por una red  de unas 100 millones de células neuronales que aunque representan una milésima parte de las que posee el cerebro, contiene más que la médula espinal.



CONFIGURACIÓN DEL SISTEMA ENTÉRICO


-       Plexo submucoso o de Meissner. Se trata de una especie de red continua, que va desde el esófago hasta llegar al esfínter anal externo situada en la capa submucosa. Este plexo es el que cumple la función reguladora de la secreción de hormonas, y enzimas así como de todo tipo de sustancia secretada por las diferentes glándulas que se hallan en todo el recorrido del tubo digestivo.
-       Plexo Mientérico o de Auerbach: Este se halla entre las capas musculares circular y longitudinal del intestino siendo menos numerosos en el esófago y estómago, si bien es cierto que en el intestino son más numerosos a la vez que escasos al final del canal anal. Es el encargado de los movimientos intrínsecos gastrointestinales.
Asimismo destacar que estos plexos del intestino, poseen también conexiones con otros plexos análogos de la vesícula, del páncreas e incluso ganglios de la cadena simpática para-aórtica. Por lo que su importancia es mucho más relevante de lo que en principio se le concede a nivel de la medicina convencional.

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Aparte de la regulación del mecanismo digestivo, esta red de células, tienen también la capacidad de funcionar independientemente del cerebro aunque en comunicación con el SNC por mediación del SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO y el SIMPÁTICO, enviando información motora al intestino al mismo tiempo que este la envía sensitiva recíprocamente. Según los estudios efectuados por el Dr. Michael Gershon (plasmados y explicados en su obra no traducida al español “The second Breaind”) estas células adquieren procesos de aprendizaje y memoria, por lo que independientemente de que la conexión entre el cerebro y el sistema entérico quedaba interrumpida, el proceso de la digestión continuaba realizándose sin ningún problema, debido principalmente a este sistema de red de celulas que son capaces de segregar un centenar de neurotransmisores, ácidos y péptidos entre los que se encuentran el GABA (ácido gamma aminobutírico), que controla el esfínter esófago-gástrico, la acetilcolina (efecto parasimpático) que produce un aumento de la contractibilidad y motilidad a nivel intestinal (un exceso de este neurotransmisor provoca diarreas y vómitos)  la norepinefrina (efecto simpático) que provoca el efecto antagonista (contrario), la neurotensina que modula la salida del bolo alimenticio del estómago hacia el duodeno al mismo tiempo que regula la emisión  de los ácidos estomacales, el óxido nítrico relaja, el péptido intestinal es vasoconstrictor y la sustancia P tranfiere el dolor. 

Es más, recalcaremos que el 95% de serotonina y el 50% de dopamina que se produce en todo el organismo, se produce en el SISTEMA ENTÉRICO.
Por lo tanto deberemos pensar que ante cualquier desequilibrio en la cantidad de todos estos neuropeptidos, pueden ser presumiblemente los causantes de la manifestación y el origen de las emociones no racionales (la gestión de las racionales pertenecen al encéfalo) o lo que es lo mismo, los conflictos derivados de la supervivencia o primitivos regidos tambien por el cerebro primario o cerebelo y  que se encuentran implícitamente ubicados también en el sistema entérico (S.E).

Si entendemos que el 95% de la serotonina se produce en el S.E,  deberemos recordar que este neurotransmisor de entre todos, el que en más funciones y procesos cognitivos está implicado dentro del sistema nervioso central (denominado por lo científicos el neurotransmisor de la felicidad) ya que está íntimamente relacionado con las emociones, control de la temperatura corporal, el apetito, la apetencia sexual así como el control y modulación del ciclo circadiano (biorritmos) vigilia y sueño. Añadiremos que junto a la Dopamina (hormona del placer) que estimula el refuerzo de la recompensa, placer sexual, drogas  etc) la norepinefrina y la adrenalina también gestionan emociones en colaboración con la zona de la amígdala cerebral como el miedo, la agresividad, los ataques de ansiedad y las depresiones.                                                                                                                           



Una vez visto lo anterior, se sabe a ciencia cierta que un déficit de serotonina y dopamina son los causantes de diferentes trastornos como la ansiedad, depresión, fibromialgia, Parkinson etc.
Las investigaciones  sobre el sistema nervioso entérico aún son bastante escuetas y el conocimiento de este por lo tanto escaso. No obstante lo poco  que se esta descubriendo paso a paso, demuestra una vez más que el racionamiento y la visión HOLÍSTICA e integradora de terapias milenarias como la MTCH u otras más cercanas como la Psiconeuroacupuntura (PNA) o la homeopatía no andaban muy equivocadas. La emoción  no sólo reside en el encéfalo, sino que puede manifestarse en cualquier órgano del cuerpo (debo recomendar de forma encarecida la lectura del libro "El error de Descartes"del prestigioso neurólogo Antonio Damasio en el que explica el fenómeno de los marcadores somáticos). Es precisamente por esta razón por la que se dice que el estómago es un SEGUNDO CEREBRO. 
  "El cuerpo humano funciona como un solo órgano y la vida como una sola función"